Cuanta ciudad para el alma
- Ernesto Astonitas
- 20 jun 2024
- 2 Min. de lectura

Un extraño, divagando por la sociedad contemporánea, por las calles del turismo y los colores vivos, donde los deja correr, porque tiene manos y pies para elegir su camino. Los deja ir porque perderá domingos mientras sobre piensa los fracasos que arrastran su sombra cada vez que pierde energía en el alma, en el pretexto de reír y sonreír con los pequeños detalles de la vida.
Cuanta ciudad para un hombre solitario, aquel que trata de reflejar los rostros reales a través de una cámara o el realismo con la producción de un elemento audiovisual. Cuanta ciudad para un hombre solitario que vive en la sed de conocer sus propias virtudes (y defectos), la propia libertad que nunca pudo (al menos) conseguir.
Y es sobre el camino de aquel individuo que dejó todo por esta soledad, que lee libros (y revistas) en la tentación de entregarse a la pasión. Cuanto ciudad para un hombre solitario que en sus ojos hay diluvios, despistado por la ruta mientras busca una oportuna señal.
Aquel hombre quisiera una canción porque no puede salir de la melancolía eterna de los vaivenes de su profesión como pequeñas gotas de café. En el recuerdo donde hubo tiempo en que fue hermoso, libre de verdad, que guardaba todos sus sueños en cortos escritos en papel en los libros de la buena memoria.
Es así que con este hombre es difícil de ponerse de acuerdo mientras posea calambres en el alma. Aun así, hay días que empieza a crecer, ver si puede volar entre tanta gente de pie porque no eligió este pero -con sus contrapesos y matices- aprende a quererlo.
En días donde no sabe muy bien qué decir, qué hacer, porque los carceleros de la humanidad no lo atraparán dos veces con la misma técnica, la misma red. Porque en su inocencia trepa los techos hacia la aurora, buscando subir esa montaña.
Y aunque estén pasando demasiadas cosas raras, él convive en la (no) normalidad, porque al final lo conocen por la cara (y por su forma rara de mirar). Errante a veces, pero encontrará la ciudad donde hallará los caminos para los días de la vida.
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